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Mi pie izquierdo (1989)

Mi pie izquierdo
103 min.
7,5
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Sinopsis
Dublín. Película basada en un relato autobiográfico del pintor y escritor irlandés Christy Brown (1932-1981). Aquejado de parálisis cerebral, gracias a su tenacidad y al incondicional apoyo de su madre, consiguió derribar todas las barreras que impedían su integración en la sociedad. Un conmovedor ejemplo de superación personal y lucha por alcanzar los sueños. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Biográfico Enfermedad Discapacidad Pintura
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Irlanda Irlanda
Título original:
My Left Foot
Duración
103 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1989: 2 Oscars: Mejor actor (Day-Lewis), actriz secundaria (Fricker). 5 nominaciones
1989: Globo de Oro: Nominada Mejor actor drama (Day-Lewis) y actriz sec. (Fricker)
1989: Premios BAFTA: Mejor actor (Day-Lewis) y actor sec. (McAnally). 5 nom.
1989: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película y actor (Day-Lewis). 4 nom.
1989: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor actor (Day-Lewis) y actriz sec.
8
Cristy Brown
Basada en el relato autobiográfico del pintor y escritor irlandés Cristy Brown. Realizada con un presupuesto muy bajo, fue producida por Noel Pearson, que en su debut obtuvo el David de Donatello. La película ganó 2 Oscar (actor principal y actriz secundaria), 16 premios más y 12 nominaciones.

La acción tiene lugar en Dublín entre 1932 y 1972. Narra la historia de un paralítico cerebral, décimo hijo de una familia de 22 hermanos. Con tenacidad y el apoyo de la madre (Brenda Fricker), consigue afrontar su discapacidad: escribe y pinta con el pie izquierdo y consigue hablar no sin con dificultad. Se muestra la lucha del muchacho contra sus limitaciones gracias a una inteligencia poco común en los afectados de PC y a sus enormes deseos de comunicarse. La suya es una lucha de superación y rebeldía (se enfada con frecuencia) contra la indiferencia, la lástima y la compasión. Cuenta para ello con su fuerza moral y la ayuda de la madre, dotada de una fina lucidez natural, que mantiene al niño inmerso en el grupo de vecinos de edad similar, con los que comparte juegos, fiestas, travesuras, riñas y algarabías. El muchacho es fuerte y tenaz, pero no está libre de debilidades: cuando se enamora de Eileen Cole (Fiona Shaw), la médico que le atiende, y ésta no le corresponde, él se siente muy deprimido e intenta el suicido, pero pronto se repone y busca otro amor. La película muestra la pobreza de las famílias irlandesas obreras, la miseria de sus hogares poblados de hijos, el azote del paro y la ausencia de ayudas institucionales. Hay que fomentar la cultura de la integración: "todas las personas tienen derecho a participar en la vida social (ocio, diversión, educación, cultura y trabajo) en la medida de sus posibilidades". La no discriminación es un deber cívico y ético que incumbe a todos. Las palabras tullido, anormal, deficiente, inválido, impedido, imposibilitado, minusválido y similares deben ser abolidas por incorrectas, manifiestamente injustas y anacrónicas.

La música se basa en un cuarteto de cuerdas, flautas, piano y harpa. Con melodías cálidas, trata de expresar los sentimientos del muchacho. La fotografía desarrolla una narración visual que subraya las incidencias de la acción con detalles emocionantes. El guión, realizado por el director y un ayudante, traza una descripción convincente del protagonista y de sus allegados. Los diálogos están construídos con sentido de la brevedad y la precisión. Las interpretaciones del protagonista y de la madre son extraordinarias. La dirección construye un relato absorbente, equilibrado y contundente, que invita a la reflexión.

Película multipremiada, bien interpretada, narrada con brillantez, constituye un potente alegato a favor de la dignidad e integración social de las personas con discapacidad.
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62 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El único obstáculo en la vida es la falta de fé.
Se suele decir que un papel de un discapacitado ofrece a un actor una espléndida oportunidad de desarrollar sus recursos interpretativos. Si bien, es un arma de doble filo, ya que en muchos casos la sobreactuación o la mala elección del actor echa por tierra la teoría, pero este no es el caso. Daniel Day-Lewis está asombrosamente creíble en el papel de un paralítico cerebral (Oscar incluído), que decide que para el su enfermedad simplemente será un pequeño obstáculo en su devenir, y luchará con todas sus fuerzas para conseguir una vida digna, que colme sus aspiraciones, lo que incluso implicará salir adelante dentro de una numerosa y pobre familia del Dublín obrero.
Dotado de gran emotividad y arraigo social, el film presentó a todo Hollywood, no solo a su joven actor, sino al siempre comprometido director del film: Jim Sheridan.
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58 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
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