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Daisy Diamond (2007)

Daisy Diamond
94 min.
6,2
192
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Trailer (DANES)
Sinopsis
Una historia de amor sobre Anna, que sueña sólo con una cosa: llegar a ser actriz. Sin decir nada a su acomodada familia, se muda a Copenhague para perseguir su sueño secreto. Pero el destino le tiene reservada otra cosa. Se queda embarazada y tiene una niña... (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Cine dentro del cine
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Dinamarca Dinamarca
Título original:
Daisy Diamond
Duración
94 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
"La historia se recluye en niveles de sordidez difícilmente soportables (...) Hecha con desgarro y temeridad, que se acerca de modo tenebroso a algo tan natural como la maternidad"
[Diario ABC]
"Machaca por opresiva. (...) Staho demuestra talento y osadía, se introduce en terrenos psicológicos que dan miedo, pero jamás se me ocurriría volver a visitar su ingrata película."
[Diario El Mundo]
8
Durísima
Historia que, según la sinopsis del Festival de San Sebastian, se suponía iba a ser un pastel sensiblero y empalagoso. Nada más lejos de la realidad.

Recomiendo su visionado al indeciso que se guía por sinopsis, pero no le prometo que le vaya a gustar puesto que es una película-puñetazo, es decir, dura como la vida misma (mucha gente salió de la sala durante la proyección).

La actuación de Noomi Rapace es sobresaliente, haciendo que te creas su historia en unos impresionantes monólogos en primerísimo primer plano (con sorpresa).

Personalmente, pienso que la película debería haber acabado antes, porque el final es lo que menos me ha gustado.
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14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Todo por un sueño
En la escena más famosa de Persona de Ingmar Bergman los rostros de Liv Ullman y Bibi Andersson aparecían en un primerísimo plano creando un efecto dramático y terrorífico. En Daisy Diamond la influencia de Persona es evidente y en algunas partes se convierte en homenaje explícito a la obra del maestro sueco. El rostro de Noomi Rapace centra la mayoría de los planos dando una sensación de claustrofobia: la actriz se enfrenta al papel más duro de su carrera, el cineasta Simon Staho la violenta hasta límites insospechados y los espectadores son los espías de una tortura de gran carga emocional.

Daisy Diamond entronca con Bergman, y de hecho comparte con Persona cierta intención por realizar un ejercicio de cine dentro del cine: la historia de una actriz que ha perdido su voz es aquí la ficción que mira en el cine una aspirante a actriz cuya recién estrenada maternidad le impide concentrarse en la preparación de castings y audiciones. Pero las intenciones de Staho van mucho más allá: si Bergman creaba una sensación de acecho sin apenas recursos técnicos, el director de Daisy Diamond se empeña en retratar la parte más ingrata del séptimo arte acompañando a su sufrida protagonista en todo su periplo de entrevistas y ensayos.

Daisy Diamond habla de los límites de la representación: en ningún momento el espectador sabe si la protagonista está hablando en serio o está recitando una línea de guión. También habla de la maternidad en su vertiente más gótica y ambigua. Y sobre todo expone la degradación de una persona que no encuentra su espacio en el mundo. Todo ello con un estilo teatral, con Noomi Rapace mirando a cámara, desnuda en la bañera o haciendo el amor con desconocidos. Con la cámara a escasos centímetros de la acción, aunque realmente Daisy Diamond se construye sobre una sucesión de diálogos extraños, espacios oníricos y un juego de espejos en el que nunca sabemos qué es verdad y qué es mentira. Con un tono feísta, explícito, ingrato, incluso desagradable, a ratos pornográfico. Una apuesta visualmente arriesgada, marca del estilo de Simon Staho que también está emparentado con el teatro experimental, otros autores nórdicos como Lukas Moodysson o directores de sello surrealista como David Lynch.

Daisy Diamond es una película incómoda, cruda, punzante, desquiciante. Una historia que pesa como una losa, que en ocasiones nos obliga a huir la mirada de la pantalla, y que aún así funciona por su atmósfera absorbente, malsana, bien construida. Un cuento no apto para menores ni para cinéfilos de estómagos débiles sobre los límites de la realidad y la ficción, los sinsabores del camino hacia el estrellato o la soledad de quien no cesa en su intención por ser actriz a pesar de los pesares.

Y sobre todo: Noomi Rapace se convierte aquí en una de las actrices europeas más importantes de su generación.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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