Escena (INGLÉS)
- Sinopsis
- El elegante y prestigioso hotel St. Gregory de Nueva Orleáns, propiedad del temperamental aristócrata Warren Trent, pasa por serias dificultades económicas. Su apuesto director, Peter McDermott, un profesional impecable, se esfuerza por mantener a flote el establecimiento, pero Curtis O'Keefe, un magnate sin escrúpulos, está dispuesto a todo con tal de incluir el St. Gregory en su cadena hotelera. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1967 / Estados Unidos
- Título original:
- Hotel
- Duración
- 124 min.
- Guion
- Música
Notable película que inspiró la posterior serie televisiva "Hotel". Dramas para todos los gustos, lujo, amores y toda clase de situaciones en un hotel regentado por un convincente Melvyn Douglas
Fernando Morales
[Diario El País]
Rod Taylor y hotel: otro viaje inolvidable en tiempo
27 de abril de 2011
Inolvidable, una de las inolvidables (por muy buenas) película de la historia. Con un Rod Taylor derecho y elegantísimo, como era su idiosincrasia fotogénica, y un guión sensacional centrado en la vida diaria que transcurre en un gran y viejo hotel estadounidense de Nueva Orleans.
Todas las historias de las personas que viven, trabajan o están de paso en ese hotel, están tratadas en la filmación de una forma apasionada y cautivadora, desde el "manager" (Rod Taylor), pasando por el dueño, el ladrón, los clientes, los empleados e incluso los enemigos o la competencia que tratan de comprar o dañar a la empresa en ese mismo momento.
Toda una instructiva película de la que debían aprender un poco más de lo que lo hacen, los que han sido o son "manager" de los numerosos hoteles de "Barceló", "Melía", etc., sobre todo tomando como referencia al "manager" protagonista del filme y su forma decente, honesta, fiel y recta de comportarse tanto a favor de los intereses de su patrón y de sus empleados como de los intereses de sus clientes y visitantes.
Todas las historias de las personas que viven, trabajan o están de paso en ese hotel, están tratadas en la filmación de una forma apasionada y cautivadora, desde el "manager" (Rod Taylor), pasando por el dueño, el ladrón, los clientes, los empleados e incluso los enemigos o la competencia que tratan de comprar o dañar a la empresa en ese mismo momento.
Toda una instructiva película de la que debían aprender un poco más de lo que lo hacen, los que han sido o son "manager" de los numerosos hoteles de "Barceló", "Melía", etc., sobre todo tomando como referencia al "manager" protagonista del filme y su forma decente, honesta, fiel y recta de comportarse tanto a favor de los intereses de su patrón y de sus empleados como de los intereses de sus clientes y visitantes.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
LA DEFENSA DEL GLAMOUR Y LAS VIEJAS TRADICIONES
17 de septiembre de 2010
Vaya por delante que Quine es un director más que interesante y que sin estar en el Olimpo de mis preferidos, entre los que sí se haya Hitchcock, me parece un realizador competente y de talla muy superior a la media.
Traigo esto a colación porque mi crítica a Pushover (La casa número 322) resultó aguijoneada al haber tenido la osadía de afirmar que la sombra de La ventana indiscreta era evidente. Alguien debió suponer que acusaba a Quine de plagio o cosa similar y que además lo hacía desde el desconocimiento de la obra de Hitchcock al no tener ni siquiera votada dicha película. Conclusiones erróneas. Pocas películas he votado del mago del suspense pero les aseguro que he visto la mayoría de ellas mas de una vez e incluso una en particular (Con la muerte en los talones, ¡hasta 8 veces!). Por otra parte, únicamente constataba un toque "voyeur" en ambos films, lo cual resulta evidente, sin entrar en juicios de valor u opiniones infundadas.
Dicho esto, afirmo que Intriga en el Gran Hotel es una película entretenida, lo cual significa mucho en los tiempos que corren y con un tono de comedia bastante favorecedor. Los artífices de ese "éxito" entre comillas, Richard Quine, la novela de Arthur Hailey, la fotografía de Charles Lang y los actores: Rod Taylor, Catherine Speak, Merle Oberon y muy especialmente Melvyn Douglas y Karl Malden, dos clásicos auténticos fueras de serie.
El éxito de la novela de Hailey, autor también de Aeropuerto, germen del cine catastrofista de los 70, se propagó al cine y muy especialmente a la pequeña pantalla dando lugar a la serie Hotel donde en un formato "tipical" Aaron Spelling (recordemos Vacaciones en el mar) se contaban las peripecias cotidianas tanto del personal del hotel como de sus clientes. Ahí recordamos a James Brolin o Connie Selleca e incluso a Anne Baxter como ex directora de un establecimiento que la película sitúa en Nueva Orleans y la serie en San Francisco.
La película cuenta las dificultades económicas por las que pasa el Hotel Saint Gregory y que le hacen presa codiciada por los peces gordos de la especialidad. La defensa del glamour y las viejas tradiciones frente a los nuevos aires modernistas obsesionados con la cuenta de resultados es el argumento principal sobre el que giran en círculos concéntricos otras historias que introducen más allá de las puertas giratorias la vida humana y sus circunstancias.
Sin duda voy a seguir viendo otros trabajos de Richard Quine.
Traigo esto a colación porque mi crítica a Pushover (La casa número 322) resultó aguijoneada al haber tenido la osadía de afirmar que la sombra de La ventana indiscreta era evidente. Alguien debió suponer que acusaba a Quine de plagio o cosa similar y que además lo hacía desde el desconocimiento de la obra de Hitchcock al no tener ni siquiera votada dicha película. Conclusiones erróneas. Pocas películas he votado del mago del suspense pero les aseguro que he visto la mayoría de ellas mas de una vez e incluso una en particular (Con la muerte en los talones, ¡hasta 8 veces!). Por otra parte, únicamente constataba un toque "voyeur" en ambos films, lo cual resulta evidente, sin entrar en juicios de valor u opiniones infundadas.
Dicho esto, afirmo que Intriga en el Gran Hotel es una película entretenida, lo cual significa mucho en los tiempos que corren y con un tono de comedia bastante favorecedor. Los artífices de ese "éxito" entre comillas, Richard Quine, la novela de Arthur Hailey, la fotografía de Charles Lang y los actores: Rod Taylor, Catherine Speak, Merle Oberon y muy especialmente Melvyn Douglas y Karl Malden, dos clásicos auténticos fueras de serie.
El éxito de la novela de Hailey, autor también de Aeropuerto, germen del cine catastrofista de los 70, se propagó al cine y muy especialmente a la pequeña pantalla dando lugar a la serie Hotel donde en un formato "tipical" Aaron Spelling (recordemos Vacaciones en el mar) se contaban las peripecias cotidianas tanto del personal del hotel como de sus clientes. Ahí recordamos a James Brolin o Connie Selleca e incluso a Anne Baxter como ex directora de un establecimiento que la película sitúa en Nueva Orleans y la serie en San Francisco.
La película cuenta las dificultades económicas por las que pasa el Hotel Saint Gregory y que le hacen presa codiciada por los peces gordos de la especialidad. La defensa del glamour y las viejas tradiciones frente a los nuevos aires modernistas obsesionados con la cuenta de resultados es el argumento principal sobre el que giran en círculos concéntricos otras historias que introducen más allá de las puertas giratorias la vida humana y sus circunstancias.
Sin duda voy a seguir viendo otros trabajos de Richard Quine.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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