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No habrá más penas ni olvido (1983)

No habrá más penas ni olvido
80 min.
7,0
441
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Sinopsis
Festejada adaptación de la novela homónima del escritor argentino Osvaldo Soriano, que propone una mirada crítica no exenta de humor de la realidad política argentina. La película transcurre en un pequeño pueblo, en el que se enfrentan dos facciones del peronismo: una encabezada por el intendente, y otra representada por el delegado municipal. La película recibió varios premios entre ellos el del Festival del Cine de Berlín. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia Política
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Argentina Argentina
Título original:
No habrá más penas ni olvido
Duración
80 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
1984: Berlín: Oso de Plata - Premio Especial del Jurado, FIPRESCI y C.I.C.A.E.
8
Para un peronista no hay nada mejor que otro peronista
Película entrañable, si es que las hay. Por el tema, por los actores, por la época en que se filmo, en los albores de la democracia argentina.
La película que mezcla drama con comedia trata del enfrentamiento en un pueblito perdido de la Argentina entre distintos sectores del peronismo.
Lo que comienza con una simple reyerta pueblerina termina en una batalla campal donde se enfrentan la autoridad municipal, un hombre recto al que lo tildan de bolchevique, la corrupta policía local, la juventud peronista, la sanguinaria Triple A que actuaba desde la clandestinidad y otras organizaciones del peronismo.
La película es muy entretenida, habiendo partes muy cómicas y otras muy dramáticas como una sección de torturas la cual es durísima de ver.
Mención aparte es el elenco. No recuerdo otra película argentina con tanta cantidad de grandes actores, todos en estado de gracia.
Federico Luppi, Miguel Angel Sola, Lautaro Murua, Victor Laplace y muchos más hacen que la película sea una escuela de actuación.
Destaco un actor ya fallecido y que quizás no se lo valoro suficientemente en su época, su nombre Ulises Dupont .
Realiza un personaje muy querible en la película, un loco lindo que enfrenta a los oscuros personajes de la Triple A.
Por todo lo dicho recomiendo fervientemente la película, aparte dura solo 75 minutos lo que muestra que a veces menos es más.

Lo mejor: como una película puede ser muy cómica y a su vez muy emotiva, los monstruos de la actuación que hay en ella.

Lo peor: la poca relevancia que se le da a la mujer en la cinta, casi no aparecen.

La escena: el ataque que hace el gran Ulises Dumont desde su avioneta a los asesinos de la Triple AAA tirándoles estiércol.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Certera combinación de mensaje y espectáculo
No habrá más penas ni olvido es una película dirigida por Héctor Olivera. Esta sirve como reflexión sobre la caótica situación que atravesaba la Argentina en los años que precedieron al proceso de reorganización nacional.
El guión es preciso y compacto, no derrocha escenas ni personajes y dice todo lo que necesita en cerca de ochenta minutos. La acción se desarrolla el pequeño pueblo de Colonia Vela, provincia de Buenos Aires. El año es 1974, en esta época el peronismo era el partido dominante y la disidencia política era perseguida. Un delegado municipal con tendencias de izquierdas es falsamente acusado de comunista y decide tomar la municipalidad por las armas, ayudado por un pequeño grupo de improvisados aliados, para exigir su absolución. A continuación se desatará una inútil y destructiva contienda entre la izquierda y derecha peronista que servirá para enfatizar el absurdo de las rencillas internas que sembraron el caos y abonaron el terreno para la dictadura de extrema derecha que tomaría el poder de Argentina en 1976.
La película no solo se contenta con transmitir su mensaje, Olivera la presenta con dinamismo y espectáculo que recuerdan a las producciones estadounidenses de la época, aunque sin caer en el ridículo. Abundan los tiroteos, explosiones y efectos especiales en esta producción que sirve a la vez como versión precursora y superior de las que Héctor Olivera dirigió con el productor norteamericano Roger Corman en años posteriores (véase La muerte blanca, de 1985).
A demás del espectáculo, la historia se desarrolla con una buena dosis de humor que sirve para resaltar el absurdo de la situación que se presenta. Este tono humorístico es respaldado por el reparto, rebosante de talento. Todos estos aspectos ayudan a crear un tono de familiaridad y complicidad con el espectador, esta atmósfera de comodidad es violentamente ultrajada en la segunda mitad de la película, conmoviendo y redoblando la dureza del mensaje.
En conclusión, No habrá más penas ni olvido es una maravillosa película que presenta un potente mensaje en un paquete sumamente entretenido. Más que recomendada para cualquiera que aprecie el buen cine, aunque debo prevenir que cierto conocimiento de historia argentina es necesario para apreciar la película en su totalidad.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
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